sábado, 8 de septiembre de 2012

LA GRAN CAPITAL (PERSÉPOLIS)


Persépolis, es la capital del imperio aqueménida fundada por el rey Darío I en 518 antes de nuestra era y continuada por sus descendientes. Una joya de la antigüedad que, a diferencia de otras, no se levantó a base de mano de obra esclava sino por obreros remunerados venidos de toda Asia a demanda de Darío, quien aborrecía la esclavitud. La exquisitez del conjunto parece confirmar que aquel fue un espíritu sensible. Inspirada en los modelos mesopotámicos, Persépolis tenía función de ciudad ceremonial y simbólica.
Al fundarla con el nombre de persa (literalmente, «la ciudad persa»), Darío quiso plasmar en ella todo lo que representaba su nueva dinastía: un imperio eficiente, descentralizado, poderoso y religiosamente tolerante aunque de carácter monoteísta en torno a Ahura Mazda, el dios del zoroastrismo. Para acceder a los palacios se subía por una escalera monumental, al llegar a lo alto de la plataforma lo primero que aparecía era la Puerta de Todas las Naciones o Puerta de Jerjes.
A ambos lados de cada puerta se alzaban colosales esculturas de unos toros con cabeza humana. La puerta que estaba orientada al este no se conserva. Uno de los principales palacios es la Apadana (en ellos se narra de manera primorosa y bellísima las fiestas que se celebraban anualmente, las audiciones a los embajadores del imperio, cada uno con sus atuendos y presentes, además de motivos religiosos y otros puramente decorativos), cuya función era la de servir como salón de recepciones de Darío. La monumental sala era capaz de albergar a 10.000 personas. Durante las fiestas del equinoccio de la primavera (el año nuevo o Now Ruz) los monarcas de los estados vasallos venían aquí a ofrecer su tributo anual al Rey de Reyes aqueménida.
El edificio se alza sobre una plataforma de 76 x 76metros. Se accede a la parte superior por medio de unas escaleras situadas una en el lado norte y otra en el lado oriental. En el interior de la gran sala hipóstila cuadrada, que mide 60 x 60 metros, había 36 columnas de19 metros de altura que sostenían enormes vigas de madera de cedro. Las decoraciones en bajorrelieve que adornan las escaleras de acceso a la Apadana son una obra de arte de máxima categoría mundial.
Hablando de diseños arquitectónicos, el Salón de las Cien Columnas, es el mayor que hay en Persépolis, y es conocido también en Irán como Kâj-e-Bâr (el Palacio de Bar). Fue construido por Jerjes y acabado por Artajerjes. Tenía cien columnas de 20 metros de altura. Es de planta cuadrada de 80 metros de lado y tenía un solo pórtico, sustentado por dos hileras de ocho columnas cada una. Todavía son visibles bastantes bajorrelieves mostrando escenas de la corte. El palacio de Jerjes está situado en la zona sur de Persépolis.
También se le conoce como palacio de Hadish, que significa palacio-vivienda. En los muros del propileo hay relieves representando a Darío I y Jerjes. El palacio de Darío I es conocido como el palacio Tachara o palacio de invierno, también se le conoce como palacio de los espejos. Se encuentra al sur oeste de la Apadana situado sobre una base que se eleva unos dos metros sobre el nivel del entorno. El mal estado de conservación sólo permite identificar la distribución, que mantenía una sala interior de planta cuadrada, pero la forma del conjunto, incluyendo el pórtico, orientado al sur, era rectangular. Protegida por su ubicación en el corazón del Imperio aqueménida, Persépolis no contaba con defensas sólidas. Además, la posición al pie del Kuh-e Ramât representaba un punto flaco a causa del débil desnivel al este, entre la terraza y el suelo. El año 330 antes de Cristo, Alejandro Magno invadió Persépolis y la incendió, dando así término a casi dos siglos de dominio persa.

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