jueves, 22 de noviembre de 2012

DINASTÍA MING



Después de una larga campaña, los mongoles fueron expulsados de China: empezaban para este país 150 años de paz y prosperidad bajo la dinastía Ming.

Kublai Kan fue un gran emperador para China, pero era extranjero. Cuando murió en 1294, le sucedieron una serie de débiles emperadores Yuan, periodos de hambrunas y muchas dificultades. El último emperador Yuan, Sun Ti, fue un mal gobernante.

Los chinos estaban cansados de ser gobernados tiránicamente por extranjeros, encontraron a un gobernante chino en la figura de Zhu Yuanzhang, que había sido monje budista y que, durante las épocas más conflictivas, cuando había sido mendigo y jefe de un grupo de bandidos, había formado un ejército bien dispuesto. También demostró ser un excelente general. Después de una campaña de trece años, tomó Pekín, expulsó a los mongoles y se convirtió en emperador.

Fundó la dinastía Ming («brillante») y tomó el nombre de Hong Wu («muy guerrero»). Desplazó la capital hacia el sur, a la ciudad fortificada de Nankin (Nanjing). Hong Wu gobernó China durante treinta años, protegiéndola contra las invasiones mongolas y restaurando el orden y la prosperidad en el país.
El emperador Hong Wu (1328—1398) reorganizó la administración de China y creó colegios para formar mandarines (funcionarios civiles). Los candidatos para estos puestos tenían que pasar exámenes de literatura y filosofía.

Hong Wu dejó el trono a su nieto, Jianwen, pero fue destronado cuatro años después por su tío, Zhu Di, que se convirtió en el emperador Yongle (1360-1424) en 1403.
Dentro de Pekín, el emperador Yongle construyó la Ciudad Prohibida, que sólo podían utilizar el emperador y su familia Éste es un edificio típico dentro del complejo imperial.

China recuperó su grandeza bajo el mandato de Yongle, que fue emperador desde 1403 a 1424. Se reconstruyeron carreteras, pueblos y canales, y cuando Yongle se desplazó a Pekín, construyó las grandes salas, palacios y templos de la Ciudad Prohibida.

El conocimiento y las artes florecieron. Se estimularon el comercio y la industria y, algo inusual, China se abrió al exterior, exportando mercancías y extendiendo su influencia en el extranjero El almirante musulmán Zheng He fue enviado a realizar largos viajes a la India, el Imperio islámico y África. Sin embargo, después del reinado de Yongle, China perdió interés en otros países.

Por orden del emperador, el eunuco Zheng He inició en 1405 una serie de viajes marítimos, al mando de una numerosa flota, por lejanas tierras. En total fueron siete estas campañas navales, que se prolongaron hasta el año 1433. En su transcurso se visitaron diversos países de Asia Suroriental, del Océano Indico, del Golfo Pérsico, y también las islas Maldivas; incluso se llegó a pisar tierra en Somalia y Kenia. Estos viajes fueron los más largos del mundo antes de que Cristóbal Colón cruzara el Atlántico.

Muchos chinos se instalaron en el sureste de Asia y se dedicaron al comercio, cada vez más próspero. Mejoró la administración gubernamental y, aparte de problemas como la piratería y los ataques mongoles, China disfrutó de un siglo de florecimiento. A partir de 1517, los portugueses y otros europeos empezaron a llegar a la costa para comerciar, principalmente en Cantón (Guangzhou).

A finales del siglo XVI China tuvo una serie de emperadores inútiles y despilfarradores, y sufrió graves ataques en sus fronteras. El comercio decayó, aumentó la corrupción y el bandidaje, y estallaron muchas rebeliones a causa de la mala administración. En 1592, los japoneses invadieron la vecina Corea, amenazando la seguridad de China, y en 1644, la dinastía Ming finalmente desapareció.

La jardinería y el paisajismo se desarrollaron exquisitamente en China y Japón. El agua es un elemento importante en todos los bellos jardín ornamentales chino. La pintura de paisajes también fue una modalidad artística muy desarrollada durante la dinastía Ming.

Porcelana: La prosperidad económica alentó la demanda de arte y artículos de lujo, hecho que, junto con las mejoras en los procesos de fabricación, propició el florecimiento de los textiles y la cerámica. El Periodo Ming se relaciona sobre todo con la producción de porcelana decorada con escenas muy características pintadas a mano con azul sobre blanco. Los motivos decorativos más populares eran los dragones, el ave fénix, otros animales y plantas y las escenas de jardín.

Con el tiempo, la porcelana Ming se volvió más colorida e incorporó el rojo, el amarillo y el verde. El comercio con los portugueses en el siglo XVI conllevó un aumento de la demanda de porcelana Ming, muy buscada en Europa. La producción de porcelana se hallaba bajo control estatal y se concentraba en las fábricas de la provincia de Jiangxi, pero estas eran incapaces de satisfacer la demanada de producción y el control pasó a manos locales.

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