Los viejos,
los antiguos, los primeros Mames, crearon un imperio que ocupaba una gran
extensión territorial del altiplano occidental guatemalteco (Huehuetenango,
Quetzaltenango, Totonicapán y parte de Chiapas), llamando a su capital: Xinabajul.
Esta ciudad fue conquistada por el rey quiché Kikab el grande en el siglo XV de
nuestra era, cambió el nombre de la capital por Zakuleauab o Zaculeu, que
significa: Tierra Blanca.
A la muerte
de Kikab el Grande, la dinastía Mam de la casa de Cavec, retoma el reino del imperio
Mam. Previo a la conquista gobernaba el imperio Mam el Rey Acab, descendiente
de la casa Cavec, una de las principales familias de Balam Acab (primeros
abuelos del mundo maya quiché). Acab llamó a su primogénito Kaibil Balam quien
nació el 27 de abril de 1492 aproximadamente.
Kaibil
Balam inició su entrenamiento militar en la unidad élite de guerreros de la
guardia real del imperio Mam denominada Quachic. Los aspirantes a guerreros de
élite eran dejados en las afueras de la ciudad fortaleza y comenzaban un viaje
por espacio de un mes lunar, debían sobrevivir sin alimentos y sin mayor
equipamiento. Además eran buscados y perseguidos por guerreros de la unidad
Quachic. El que era capturado era objeto de desprecios, burla y vergüenza y
expulsado del grupo de aspirantes a guerreros.
Kaibil
Balam no pudo usar su condición de príncipe, debía volver a Zacaleu con la
victoria y lo logró. En el año 1532, a los 31 años de edad, Kaibil Balam hereda
el reino Mam de su padre. Los conquistadores españoles que sitiaron a los Mames
en Zaculeu iban al mando de Gonzalo de Alvarado. La diferencia de armas era
evidente. Los Mames tenían Macuahuitl, hachas de tipo maza de tres hileras y
pedernal (cercenaba la cabeza de un caballo y partía un hombre por la mitad);
Atlatl, arco de largo alcance; Itzli, bolsa de cuero con flechas y lanzas
largas.
El sitio
duró cuatro meses, Kaibil Balam luchó junto con 18,000 guerreros Mames, más sus
familiares, pero de inmediato inició una insurrección desde las montañas que
duró casi 5 años. Nunca regresó a Zaculeu, la historia relata que su espíritu
jamás fue conquistado, ni derrotado y que sigue viviendo en las altas cumbres,
siendo un ejemplo de lucha para la libertad.
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